María de los Ángeles Ojeda, una menor de 10 años, fue a recargar la batería del celular de su madre a una tienda cercana a su casa ubicada en el pueblo de Mala, en Cañete, donde no cuentan con fluido eléctrico.
Esa fue la última vez que Luz Armellón Valdéz vio con vida a su hija. La niña salió de su casa a las 2:30 de la tarde y su cuerpo fue hallado en la noche, abandonado en un descampado, a 20 minutos de su casa, caminando.
Según el reportero de América Noticias, María de los Ángeles tuvo que atravesar un solitario camino —por donde solo se escucha el viento y el motor de los camiones pasar— para llegar a la primera tiendita.
Su ropa estaba a un lado del cadáver, que presentaba heridas de 20 centímetros de profundidad, y parte de su cabellera había sido arrancada.
Según un certificado de defunción, la causa de la muerte fue un traumatismo cervical. En otras palabras, una grave lesión en el cuello.
El fiscal llegó a las 9 de la noche y, de acuerdo a los peritos, cuatro a cinco horas antes se habría producido la muerte de la menor.
La Policía no descarta que se trate de una violación seguida de un asesinato, tampoco el atropello de un camión que la dejó abandonada. Su madre incluso piensa que pudo haber sido víctima del ataque de perros callejeros.
Los profesores y compañeros de aula de María de los Ángeles hicieron una colecta para apoyar a la familia afectada. En las próximas horas, la morgue emitirá más detalles sobre la muerte de la menor.
